«Cuando
hablas solo repites lo que ya sabes, cuando escuchas, quizá aprendes algo
nuevo» Dalai Lama
Esta afirmación,
que parece tan obvia, no lo es cuando te relacionas con los demás. Nos encanta
hablar, y esto no es malo en sí mismo, pero dificulta tremendamente tu
capacidad de escucha.
Cuando estás
manteniendo una conversación, muchas veces estás más pendiente de lo que vas a
decir a continuación que de escuchar lo que te están contando. Sólo
podemos pensar en una cosa al mismo tiempo: no temas
detenerte, escuchar atentamente y tomarte tu tiempo en pensar una
respuesta.
Si te conviertes
en un oyente atento, si de verdad te propones escuchar a tus amistades, a tu
familia y a cualquier otra persona que se dirija a ti, te convertirás en una
persona muy especial: te darás cuenta de que casi nadie lo hace.
«Cuando la
gente habla, escúchala completamente, la mayoría de la gente nunca
escucha» Ernest Hemingway
En definitiva,
escuchar nos hace diferentes y es una de las herramientas más poderosas para
incrementar nuestra influencia. Cuando tenemos un problema o necesitamos ayuda,
no solemos acudir a aquellos que más hablan, acudimos a los que nos escucha de
forma genuina, a aquellos que, cuando les contamos algo, sentimos que están
sintiendo lo que sentimos nosotros.
Escuchar,
al contrario de lo que puedas pensar, no es sólo bueno para el otro y tu
relación con los demás. Es, sobre todo, beneficioso para ti. Porque cuando
escuchas te estás dando la oportunidad de aprender, no sólo sobre el otro, sino
sobre ti mismo. Te permite empatizar con los demás y crecer como persona. Pero,
sobre todo, hace que crezcas como ser social: porque empatizar con otras
personas se basa en sentir en común.
¿Quien crees que
domina una conversación, el que más habla o el que más escucha? Imagínate si
estás negociando un contrato o vendiendo un artículo, escuchar te dará la
oportunidad de identificar el perfil de tu interlocutor, lo que necesita, lo
que le gusta, «no vendas» deja espacio a tu interlocutor para que
«te compre».
Y
este «milagro» ocurre cada vez que te paras un segundo y te
pones escuchar a alguien.
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