¿Por qué esperas en el fondo que te ocurra algo distinto en la vida si cada día tienes los mismos pensamientos, actúas de la misma manera y sientes las mismas emociones?
Dice la Ley de Hebb: “las células nerviosas que se activan juntas se conectan juntas” y eso provoca que las neuronas acaben desarrollando relaciones duraderas.
Con el paso del tiempo empiezas a pensar de la misma forma de siempre porque tu cerebro activa una serie limitada de circuitos que crean una huella mental en concreto que se llama personalidad.
Para cambiar nuestra vida debemos cambiar nuestra forma de pensar, actuar y sentir.
El lenguaje se genera en el cerebro, primero pensamos luego hablamos…, una precisión, es importante que sigas este orden, y no el inverso, si no quieres decir muchas tonterías…. Luego actuamos, cuando repetimos nuestros actos de forma frecuente, generamos hábitos, los hábitos construyen nuestra personalidad y ésta va a ser determinante en nuestro destino, en la consecución de las metas que te propongas.
“Si no alcanzas tus objetivos, revisa tus conversaciones”. Son tus propias pensamientos los que te están impidiendo llegar a tus objetivos, recuerda, somos lenguaje y el lenguaje está en nuestro cerebro, si te dices a ti mism@ “lo voy a intentar”, no lo harás… y lo sabes.
Por último, ten muy presente que, en el momento en el que de despiertas por la mañana empiezas a conversar contigo mismo a través de tus pensamientos. ¿Por qué tenemos días mejores y peores? A ver, pueden darse muchas circunstancias externas que condicionen nuestra vida pero, en muchas ocasiones, son nuestras propias conversaciones, nada más abrir los ojos por la mañana, las que nos preparan para vivir un día magnífico o un día de mierda.
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